Según los reportes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 11,5 % de la población nacional estaba en situación de pobreza multidimensional en 2024
, lo que representa una disminución de 0,6 puntos porcentuales frente al 2023, cuando la cifra se ubicó en 12,1 %. Esta reducción equivale a unas 251.000 personas menos en condición de pobreza multidimensional.
Aunque el resultado evidencia una leve mejoría, aún se mantienen seis millones de personas en esta situación. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) reconoce que la pobreza no puede medirse únicamente por ingresos, sino que abarca otros ámbitos que afectan la calidad de vida. En Colombia, el IPM se construye a partir de cinco dimensiones: educación, niñez y juventud, salud, trabajo y vivienda.
Dentro de estas dimensiones, se evalúan quince componentes. Un hogar se considera en pobreza multidimensional cuando presenta privaciones en varios de estos componentes. El informe de Camacol, con información del Dane, recuerda que “si la suma ponderada de los componentes con privaciones suma más de 5/15 se considera el hogar como pobre en sentido multidimensional”.
En el caso de la dimensión de vivienda, se analizan cinco componentes: acceso a fuente de agua mejorada, eliminación adecuada de excretas, material del piso, material de paredes exteriores y hacinamiento crítico.
Los datos muestran que las privaciones más prevalentes son la falta de acceso a fuentes de agua mejorada y la eliminación inadecuada de excretas, con un 9,1 % y un 8,6 % respectivamente. A esto se suman el hacinamiento crítico, el uso de materiales inadecuados en pisos y paredes.
El análisis de Camacol, basado en cálculos propios a partir de información del DANE, enfatiza que “la evidencia es contundente, las condiciones inadecuadas de la vivienda son un factor estructural en la persistencia de la pobreza”.