Ubicado entre las localidades de Usaquén y Suba, Lagos de Torca es más que un proyecto inmobiliario: se trata de una nueva centralidad urbana que busca resolver el déficit de vivienda en Bogotá, fortalecer la estructura ecológica de la ciudad y ofrecer infraestructura vial moderna.
Con más de 135.000 unidades habitacionales proyectadas, un parque metropolitano más grande que el Simón Bolívar y obras viales de gran escala, este plan liderado por el sector privado redefine el modelo de expansión urbana. Alejandro Callejas, gerente del proyecto, explica en entrevista con Portafolio los avances, metas y desafíos de una transformación sin precedentes.
Desde su concepción, Lagos de Torca fue diseñado no como un conjunto de viviendas, sino como una estrategia integral de expansión urbana. Así lo asegura Alejandro Callejas, gerente del proyecto, al señalar que este desarrollo busca “materializar en dónde hemos fallado anteriormente como ciudad y como país y tratar de abordar esos temas para que la expansión urbana realmente se haga de buena manera”.
El proyecto abarca 1.800 hectáreas ubicadas entre la calle 183 y la 246, y desde la carrera Séptima hasta la avenida Boyacá. Esta escala le ha permitido incorporar elementos de planificación ambiental de largo plazo, iniciando por el estudio ecosistémico de la zona, no solo en su estado actual, sino de hace 100 años, con el fin de restaurar la estructura ecológica principal.
Una de las prioridades es la reconexión de los cerros orientales con el humedal Torca-Guaymaral y, a su vez, con la cuenca del río Bogotá. Para ello, se contempla la recuperación de nueve quebradas, la expansión del humedal Torca-Guaymaral de 30 a 90 hectáreas, y la creación del Canal Norte como corredor ambiental.
Además del componente ecológico, el proyecto contempla un ambicioso desarrollo de espacio público. Se proyecta la construcción de un parque metropolitano —aún sin nombre oficial— que será 1,3 veces más grande que el parque Simón Bolívar. Callejas resalta su doble propósito: “no solamente tiene una visión de temas deportivos, también tiene una conexión ecosistémica adicional”.
Esta infraestructura beneficiará especialmente a las localidades de Suba y Usaquén, “dos de las más densas de la ciudad y con muy pocos parques disponibles para sus habitantes”, indica el gerente.