El hombre integra la tecnología a la historia

La primera exposición en Iberoamérica que narra la historia de las máquinas.

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Imagen montañas avif Foto:Imagen montañas avif

Nuestra especie no ha evolucionado por ella en sí misma sino gracias a los avances de la ciencia y la tecnología y, esa evolución, ha permitido, entre muchas cosas, la prolongación de la vida del hombre en el Planeta.
Los marcapasos, las prótesis, piel y huesos creados en el computador en tres dimensiones, objetos varios y diversas válvulas que auxilian a órganos atrofiados de nuestro cuerpo, que nos ayudan a vivir mejor y a sobrevivir por más tiempo, están diseñando una nueva especie de seres: los poshumanos.
El hombre de hoy no es igual al de otros siglos y, desde hace rato, caminamos sobre la autopista de las grandes transformaciones de nuestro cuerpo, mente y sociedades en la medida en que, como especie, nos vamos transformando con la tecnología, admiten investigadores.
No nos regeneramos ni mejoramos a nosotros mismos sino que vemos mejor, gracias a los anteojos, podemos caminar sin piernas, cargar sin brazos y pintar sin manos gracias a las prótesis y a otros muchos mecanismos ideados por la tecnología e implantados por la ciencia.
Evolucionamos gracias a esos avances y esa interacción entre tecnología y hombre será total en un futuro relativamente cercano, gracias a la fabricación mecánica e implementación de corazón, hígado, páncreas y otros órganos vitales artificiales.
Cambiaremos partes de nuestro cuerpo como hoy se sustituyen las piezas de un automóvil y, sin duda, todo en nuestra psiquis y sociedades se modificará. El perseguido sueño de la vida eterna nos afectará. Las máquinas no nos reemplazarán. Nosotros las integramos cada vez más a nuestro cuerpo.
Androides como Sophia, el primer robot con nacionalidad, concedida por Arabia Saudita y que acaba de deslumbrar a Medellín, serían apenas un peldaño externo y poco significativo en nuestra evolución como especie porque, de hecho, ya somos diferentes. Somos post humanos gracias a la tecnología.
LA EXPOSICIÓN 
Por eso y por las razones anteriores es significativa la exposición Robots. Los humanos y las máquinas que se realiza actualmente en la CosmoCaixa en Barcelona y que podrá verse hasta el 31 de enero de 2019.
“Relata una historia que empezó hace mucho tiempo. Desde que nuestros antepasados fabricaron las primeras herramientas líticas” hasta la creación y desarrollo de todo tipo de máquinas que han permitido al hombre llevar a cabo tareas antes impensables”, dice el anuncio que invita a la exposición.
Señala que, desde hace tiempo nos ronda la idea de crear un humano artificial, pese a que las máquinas ya están presentes en casi todo, incluso, dentro de nosotros mismos.
“¿Llegaremos a fusionarnos algún día con ellas?, ¿Seremos ciborgs en el futuro? ¿Compartiremos el mundo con robots que se parezcan a nosotros en el más mínimo detalle?”, se pregunta.
Más que predecir qué pasará exactamente en el futuro, la exposición hace, sobre todo, una reflexión sobre esa relación hombre- maquinas, que no sabemos hasta dónde llegará.
Dos autómatas, Ada y Charles, en homenaje a Ada Lovelace, la primera programadora, y a Charles Babbage, el padre de la computación, son los que guían y muestran a los visitantes las curiosidades y el pasado, presente y futuro de la tecnología robótica.
La exposición empieza hablando sobre la primera máquina a vapor -la eolípila-, el planeador de Leonardo da Vinci, una imprenta de 1887 o un motor de explosión de la marca FIAT del año 1926 y prosigue con el origen de los robots, donde aparecen los primeros autómatas japoneses que servían te, juguetes y otros objetos como las primeras cámaras fotográficas semi automáticas.
Luego se ingresa al presente donde aparecen robots que desarrollan diferentes actividades como Bestic que ayuda a alimentar a personas que han sufrido algún tipo de parálisis o como los Hand and Hope, que auxilian a otros en la recuperación de afecciones cerebrales mediante un sistema que capta las ondas del cerebro, las interpreta y hace que un paciente sea capaz de mover los dedos.
También muestra a los robots que actúan como desactivadores de bombas, como bomberos, los que se emplean como extintores en caso de incendios químicos o eléctricos, entre muchos otros.
Al finalizar la exposición se habilitó un espacio de reflexión y opinión en el que visitante puede dar su opinión sobre la inteligencia artificial, leer lo que otros opinan sobre la misma y escuchar la opinión de expertos sobre el tema. La idea es que puedan abrir un debate sobre el tema y, para eso, debe estar bien informados y conocerlo a fondo.
También se realizan talleres y se dan conferencias varias sobre inteligencia artificial.
La exposición permite, sin duda, aprender, y reflexionar sobre el futuro y evolución de nuestra propia especie, especialmente, cuando el estudio ‘Sigma y Delta’, de 250 páginas, realizado en Inglaterra, vaticina que en 50 años la inteligencia artificial estará tan adelantada que los robots no sólo se regeneraran y mejorarán a sí mismos, superando a los humanos en muchas cosas, sino que exigirán, como especie alternativa, los mismos derechos de los hombres.
Gloria Helena Rey

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