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Las fintech, emprendimientos que, basados en la tecnología proveen servicios financieros, son una industria relativamente joven, pero que llegó para quedarse. Ante esta nueva realidad, las autoridades y las compañías del sector están en un proceso de ajuste para adaptarse.
Colombia no ha sido ajena a ello, al punto que es el tercer ecosistema en América Latina, con 124 fintech, el 15 por ciento del total. Solo en el último año, el crecimiento fue de 61 por ciento, según datos de la aceleradora de startups Finnovista.
Los líderes en esta materia son México y Brasil, aunque uno de los temas que diferencia a Colombia es que una de cada tres firmas ya tiene operaciones en mercados diferentes al local, explicó Fermín Bueno, cofundador de Finnovista.
Aunque las fintech han incursionado en más de una decena de servicios financieros, en Colombia los que más se han desarrollado son pagos, remesas y préstamos.
Por eso, es cada vez más urgente la necesidad de incorporar esta tecnología al sistema financiero tradicional.
Ayer, durante el IX Congreso Asobolsa-Bolsa de Valores de Colombia, el presidente del gremio de las comisionistas de bolsa, Jaime Humberto López, dijo que “la tecnología no es una opción, sino un imperativo, pero abre muchas oportunidades y tenemos que ser hábiles para detectarlas”.
En ese escenario, el superintendente Financiero, Jorge Castaño, hizo un llamado para que todos los actores del sector definan, en conjunto, cuál va a ser la estrategia a seguir en este frente. “La tecnología es solo el medio, lo importante es darle contenido. No hay un modelo único que le sirva a todos, pero es importante definir entre todos qué queremos como país”, planteó. Por ejemplo, algunas de las posibilidades son mejorar la experiencia del consumidor y desarrollar planes de fidelización, mejorar eficiencia de los procesos y la toma de decisiones, o incluso redefinir el modelo de negocio.
De hecho, este es uno de los pilares clave en la visión del regulador sobre el sistema financiero a largo plazo, pues la adopción de las nuevas tecnologías es fundamental para que esta industria sea competitiva, innovadora, y con una oferta de valor adecuada para el usuario.
Y si bien la innovación trae nuevos riesgos (operacionales, cibernéticos y macrofinancieros), Castaño recordó que el objetivo principal es mantener la confianza en este sector, y promover la proporcionalidad y neutralidad en la supervisión y regulación.
Incluso, la propia Superintendencia Financiera está trabajando en un proyecto llamado RegTech, en el cual espera convocar a emprendedores que puedan desarrollar aplicaciones que faciliten el cumplimiento normativo, particularmente en temas de conocimiento del cliente y de transmisión de información.