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Contrario a lo que sucedió en las crisis económicas de 1999 y el 2008, los depósitos de los clientes en el sistema financiero se mantienen altos y la cartera ha continuado creciendo, aunque no a los niveles de los meses previos de la actual contingencia por el coronavirus.
Según la Superintendencia Financiera, al cierre de mayo el saldo de la cartera bruta ascendió a $530,1 billones, con lo que el indicador de profundización alcanzó el 49,4% del PIB.
En términos reales el saldo de la cartera bruta registró una variación anual de 7,4%. La cartera comercial evidenció crecimientos reales anuales de 8,3%, impulsada por los desembolsos corporativos, mientras consumo y vivienda continuaron registrando una variación real anual de 7,1% y 6,2%. En contraste, la cartera de microcrédito se contrajo -0,4%. Frente a abril la cartera bruta se redujo en $207.100 millones.
(‘En esta crisis, los bancos son parte de la solución’).
La dinámica de los desembolsos, aunque positiva, se hizo más lenta frente a meses previos a la pandemia como febrero ($40,1 billones), al alcanzar en mayo $18,8 billones.
En mayo, las provisiones crecieron a una tasa anual de 7,4%, hasta los $32,9 billones. La entidad dijo que la mayor parte de los establecimientos constituyeron provisiones adicionales a las regulatorias, que ascienden a $3,2 billones.
Para José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, “la clasificación de los créditos en la actualidad solo permitirá ver el deterioro hacia bien adentro del segundo semestre”.
DEPÓSITOS ALTOS
La Superfinanciera dijo que la confianza en las entidades se confirma en la dinámica de los depósitos, que registraron en mayo un saldo de $493,4 billones, con una variación real anual de 14,4%. Por tipo de depósito, se presentó una reducción mensual de $8 billones en las cuentas corrientes y un aumento de $1,3 billones en las cuentas de ahorro, manteniendo en todo caso variaciones reales anuales positivas de 28,4% y 23,4% respectivamente. Por su parte, se observó un aumento de $3,5 billones en los CDT.
Las cuentas de ahorro cerraron mayo en $232,6 billones, los CDT en $176,8 billones y las cuentas corrientes en $70,2 billones.
López dice que los depósitos muestran confianza en el sistema financiero pues a diferencia de 1999, cuando era el problema, ahora es parte de la solución.
Para Edgar Jiménez, del Laboratorio Financiero de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, los “colombianos que mantienen su empleo tienen limitada su capacidad de consumo por las cuarentenas y aislamientos obligatorios, lo que lleva a que el ciudadano lo piense dos veces antes de comprar y los depósitos se quedan en las entidades”.