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En la medida en que el sector financiero irrigue recursos para las personas naturales y los proyectos de las empresas, se ayuda a impulsar el crecimiento de la economía.
Y aunque su efecto no es ilimitado, pues un exceso de financiamiento puede resultar contraproducente, la realidad es que Colombia tiene mucho espacio para mejorar.
Un ejercicio realizado por la Asociación Bancaria señala que el nivel óptimo de profundización financiera en el país, que permita ayudar al máximo al crecimiento de la economía es del 58 por ciento del PIB.
Actualmente, dicho indicador (que básicamente es cuánto representa el crédito como proporción del PIB), está en 47%, según datos del gremio.
“Para el caso de la economía colombiana, pese a los grandes avances que se han registrado en este frente durante la última década, la profundización actual se muestra aún por debajo de lo que sugeriría su nivel de desarrollo”, dice.
Justamente, Asobancaria calcula que, si se logra ese 58%, “la economía crecería de manera permanente entre 0,04 y 0,39 puntos porcentuales adicionales por año”.
Si bien la desaceleración reciente de la economía y de la cartera aleja la posibilidad de alcanzar ese nivel, proyecciones del gremio señalan que si el PIB se recupera y retoma el crecimiento de más de 4 por ciento desde 2019, la profundización financiera alcanzaría el nivel óptimo hacia el año 2025.
Para impulsar el crédito, Asobancaria sugiere eliminar el 4 por mil, la tasa de usura, mejorar la inclusión y educación financiera, así como mejorar el nivel de uso de los servicios financieros.
De todas maneras, el documento señala que llega un punto en que una gran profundización financiera no solo empieza a tener un impacto menos positivo en la economía, sino que trae más volatilidad al PIB y eleva las probabilidades de una crisis.
Estudios dicen que esto se da con niveles superiores al 100 por ciento y, en el caso de Colombia, el cálculo de Asobancaria dice que esto puede pasar con un 116 por ciento, bastante lejano al actual.