La Constitución Nacional establece claramente las funciones y deberes del presidente de la república, dentro de las cuales es necesario destacar el Artículo 188: “El presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos”.
Artículo 189: “Corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa: ...2. … y celebrar con otros Estados y entidades de derecho internacional tratados o convenios que se someterán a la aprobación del Congreso. 4. Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado. 10. Promulgar las leyes, obedecerlas y velar por su estricto cumplimiento. Artículo 198. El Presidente de la República, o quien haga sus veces, será responsable de sus actos u omisiones que violen la Constitución o las leyes”.
El artículo 188, señala el presidente simboliza la unidad nacional y está obligado a garantizar derechos y libertades de todos los colombianos. Este artículo no es respetado por el actual mandatario, ya que permanente y repetitivamente instiga a los colombianos al odio y al enfrentamiento, estigmatiza y denigra de los empresarios, los cañicultores, los gremios y los enfrenta a la sociedad, como acaba de pasar con la ANDI, se siente representar a unos y a otros atacar.
Esta situación se repite reiteradamente con su apoyo a la primera línea que con sus desmanes lo llevó a la presidencia, su pedido en la posesión al fiscal que los liberara de las cárceles, tanto a estos como otros criminales, irrespetando los derechos y libertades de los ciudadanos al libre tránsito, la seguridad, la tranquilidad, la paz y otros violados por los delincuentes que protege.
Con esas actuaciones y otras como desmantelar las fuerzas armadas, limitar las posibilidades de actuar estas, reducir sus presupuestos, no proteger a soldados y policías que están a la merced de los asesinos por estos actos, mientras a los criminales los excarcela como gestores de paz e intenta diálogos fracasados para una paz que no llega a pesar de ofrecerles impunidad.