Las leyes, educación y gestión, están influidas por el tándem mercadeo-finanzas. Aunque el futuro es sucedáneo de las expectativas, sus hipótesis dependen de nuestras raíces, tronco formativo y ramas experienciales; reflexionemos sobre algunos cuentos que los profes y jefes no cuentan o maquillan.
Según las Meditaciones del Quijote, “quien quiera enseñarnos una verdad que no la diga”; ese ha sido cómplice de la arrogancia de tantos profesionales que ignoran las lecciones o las evaden para jugar al ensayo.
Las leyes, educación y gestión, están influidas por el tándem mercadeo-finanzas. Aunque el futuro es sucedáneo de las expectativas, sus hipótesis dependen de nuestras raíces, tronco formativo y ramas experienciales; reflexionemos sobre algunos cuentos que los profes y jefes no cuentan o maquillan.
Según las Meditaciones del Quijote, “quien quiera enseñarnos una verdad que no la diga”; ese ha sido cómplice de la arrogancia de tantos profesionales que ignoran las lecciones o las evaden para jugar al ensayo.
Otros con frecuencia invocan al éxito mediante aforismos -“no fracasé, descubrí 999 cosas que no funcionan” o “genialidad es 1% inspiración, 99% esfuerzo”- que sacan de las ecuaciones lo importante, pues afanados obvian definir los problemas (y soluciones), considerando su impacto sistémico (Aventura del Pensamiento. Einstein, 1938).
Incluso, por vanidad o miedo al castigo ocultan los antedichos “9”, que luego se traducen en riesgo moral o costo de oportunidad (reducir, reutilizar y reciclar): así pirateamos aquel Tesoro del Saber (con permisión del autor), y el Mito del Héroe se vuelve tan apócrifo como facilista.
En definitiva, el statu-quo simplemente cambia de forma; aunque las innovaciones están de moda, “nada esencialmente nuevo hay en ellas y no pasan de ser tímidas variaciones […]idénticas a las otras, hasta en lo de creerse distintas” (Borges, 1975). A lo sumo, los empresarios se escudan consultores legales y contables para disfrazar sus trampas. Esa es la punta del iceberg que oculta las inconsistencias entre el romanticismo de los valores declarados en las páginas web, y la corrupción práctica.
Cualquiera sea el factor de producción dominante, usan influencers, compensaciones o rascacielos (ahora campus), para lucir como “Excelente Lugar para Trabajar”.
Ahora los dragones y unicornios, mutaciones de competencia salvaje con piel de economía colaborativa, tienen como meta ostentar, a cualquier costo, una capitalización superior al millardo: por eso están más orientados a “la lucha que a la danza” (Meditaciones, Marco Aurelio).
Las pirámides son a los ahorradores, lo que las bolsas fueron a la burbuja .com, y los fondos de riesgo a estos emprendimientos que rompen reglas sin reparos. Considere los revolucionarios GAFA, que construyeron monopolios con servicios gratuitos; las Mil y Una Noches que soportaría con la jornada Alibaba (9-9-6), la “tinderización” de las relaciones y las “rappi-ñas” laborales.
Mientras las películas de mitos y súper-héroes baten récords, y los libros de autoayuda son best-seller, otros inescrupulosos trivializaron la dignidad humana, educación y mentoría, ponderando teorías, casos de negocio y modelos de liderazgo que justifican lo inmoral con el éxito, o confundiéndolo con lo legal.
Encuentro cuestionable el ranking de Etisphere, incompetente “mito-mana” la respuesta del Ministro de Hacienda (‘No sabemos las causas ni qué hacer para disminuir desempleo’. Portafolio, 26/07/2019), y vulgares las explicaciones de Rappi (‘Rappitenderos no son empleados, son usuarios’. 18/07/2019), además de su propuesta de Flexibilización con la Ministra de Trabajo y nuestro legendario expresidente.
Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Analista
german.vargas@uniandes.edu.co