No me canso de escribir en este valioso espacio sobre la importancia que tienen para el país cada uno de sus empresarios. Sin ellos no es posible avanzar y generar progreso para todos los colombianos gracias a su significativo aporte a la inversión, el empleo y el bienestar social. Por ello, debe ser un propósito colectivo diseñar políticas públicas y programas que impulsen el empresarismo y la confianza, dos grandes pilares del desarrollo.
Una acción clave en este propósito es continuar profundizando sobre las principales características del sector empresarial, como lo hacen las Cámaras de Comercio con la actualización anual del registro mercantil. Esto se verá reforzado con el importante Censo Económico Nacional Urbano que el Dane emprenderá en el segundo semestre de este año. La ONU recomienda hacer censos económicos mínimo cada cinco años. En un informe técnico de 2010, reportaba que el 83% de los países desarrollados cumple con esa práctica, mientras que los restantes los ejecutan cada 10 años.
En América Latina, más de la mitad los llevan a cabo decenalmente, donde se destaca el caso de México que desde 1930 lo hace cada cinco años.
Infortunadamente, el país cuenta con 34 años de rezago, pues realizó el más reciente en 1990.