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China hoy está enfrentando uno de los retos más dramáticos en su historia reciente. El efecto del coronavirus impacta sustancialmente su marca país y su imagen país.
(El nuevo virus, un reto económico para China).
En la marca país, su situación actual afecta la estrategia para capitalizar la reputación del país en mercados internacionales. Para China no ha sido sencillo superar su pasado, porque su marca país ha estado estrechamente relacionada a la baja calidad de sus productos y ahora se suma el rechazo y discriminación hacia sus habitantes y residentes.
Las barreras culturales y la percepción de los extranjeros hacia China crecerán en los próximos meses hasta que la humanidad logre superar esta coyuntura y la pandemia quede en el pasado.
(China creció a su menor ritmo en 30 años).
Antes del coronavirus, su sociedad estaba viviendo su acercamiento con el capitalismo y experimentando las prácticas de consumo occidental. Hoy tendrá que mostrar que su marca país no se deja vencer ante la coyuntura y desmitificar las debilidades propias del origen del coronavirus, replanteando unos nuevos patrones de consumo que difícilmente serán aceptados por su cultura.
El desafío para China está en reinventarse como nación en el corto plazo, rescatando su identidad nacional y motivando el etnocentrismo. La inminente necesidad de eliminar dos fantasmas de “baja calidad” y ser "fuente del coronavirus" le costará tiempo e implicará grandes acciones para generar credibilidad al mundo.
China puso en jaque al planeta, sin embargo, no dejará de ser un país con todo el potencial de crecimiento y aún más demostrando y enseñando al mundo cómo logra superar una crisis como la actual. En ese sentido, su estrategia de marca país deberá capitalizarse sobre la confianza que tendrá que ganar en los mercados extranjeros y acercarse al mundo occidental con valentía para enfrentar la xenofobia asiática.
Lina María Echeverri
Directora de Marketing de la Universidad del Rosario