El equilibrio es muy necesario

Las grandes soluciones estructurales vendrán después y nuestros países muy poco es lo que pueden aportar globalmente.

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Quizá Estados Unidos ha tenido que enfrentar la pandemia con uno de los presidentes más controvertidos de su historia. Sus actitudes extremas desde el primer momento, así como la de los mandatarios de México y Brasil, contrastan con las de otros en la que se ha buscado un equilibrio que proteja la vida de la gente y no se menoscabe irremediablemente la condición económica y social, en particular de la gente más pobre y necesitaba, que a la final es la más vulnerable y la que más difícilmente se levantará de una crisis de estas proporciones. Entre estos, se cuenta el mandatario colombiano, cuya responsabilidad, tino y seriedad no se puede desconocer.
Ese equilibrio no es para nada fácil lograrlo por la incertidumbre que rodea el tema, tanto en términos de duración como de las mismas razones que lo explican que a decir verdad no son conocidas con certeza por los más afamados científicos. Así haya muchos "gurús" que posan de sabiondos, sin tener elementos científicos y técnicos que respalden sus afirmaciones. Es irresponsable.
Bill Gates ha lanzado un mensaje radical sobre el virus: “Lo que necesitamos es un aislamiento extremo. Si las cosas van bien, la economía no importa” y refiriéndose a Estados Unidos culpa a la administración de Trump de excesiva lentitud y malas determinaciones.
“Es muy difícil decirle a la gente: Hey, sigue yendo a restaurantes, ve a comprar casas nuevas, ignora ese montón de cuerpos en la esquina, queremos que sigas gastando porque hay algún político que piensa que el crecimiento del PIB es lo que cuenta… Podemos determinar que medicamentos antivirales funcionan dentro de dos o tres semanas y ampliarlos y podemos fabricar la vacuna, si estamos realmente listos, probablemente en seis meses”.
Sin duda que B. Gates tiene la razón en el sentido que una solución estructural al problema pasa por la vacuna y debe ser una obsesión de gobiernos de países adelantados, universidades y centros de investigación y empresas vinculadas a la industria. Sin duda alguna que ese esfuerzo se está haciendo y Dios quiera que una buena noticia se conozca de un momento a otro de tal forma que se levante el ánimo de todo el mundo.
Pero hay aclarar una cosa muy importante. Los países tienen sus propias estructuras económicas y sociales que les dan mayor o menor margen de operar y responder a la pandemia, más allá de mecanismos extremos como el confinamiento que debe ser temporal porque la sociedad no lo resiste indefinidamente por física incapacidad de la gente y las empresas y el daño puede ser irreparable.
Cualquier acción metódica y responsable que se adopte debe contar con la solidaridad y apoyo. Las grandes soluciones estructurales vendrán después y nuestros países muy poco es lo que pueden aportar globalmente, pero sí es clave que se pueda llegar a ese momento en unas condiciones socialmente sostenibles.
Puede que no sea la único, pero tampoco hay claridad aquí y afuera: los datos de nuestro país permiten ser optimistas, no porque a los demás les vaya peor, sino porque aquí se está manejando bien el asunto. Gracias Presidente Duque y a su equipo.
Mario Hernández
Empresario exportador.
mariohernandez@mariohernandez.com

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