La calificación de Colombia sigue bajo presión y el mensaje que llega desde Fitch Ratings es tan directo como preocupante; mientras que la erosión de la disciplina fiscal y la suspensión de la regla fiscal mantienen encendida la luz roja sobre las calificaciones de riesgo y mina la confianza de los inversionistas.
Esta es una de las conclusiones de la reciente charla de Portafolio con Richard Francis, codirector de Calificaciones Soberanas de las Américas para la firma, quien advierte que el país enfrenta una pérdida de credibilidad difícil de revertir en el corto plazo, al punto de que hoy es el factor que más pesa en la perspectiva negativa que acompaña a la calificación.
Francis fue claro respecto a su preocupación por la forma en que Colombia ha manejado sus cuentas en los últimos años y aunque reconoce que la deuda pública todavía se mantiene ligeramente por debajo del 60% del PIB, sostiene que se trata de una situación más atribuible a la “suerte” que a decisiones estructurales.
“Es suerte más en el contexto de la fortaleza del peso, que ayuda mucho sobre todo en la situación de la deuda, pero también, en menor medida, en el déficit fiscal. Una moneda fuerte implica que los pagos de intereses externos resultan menores en pesos, y eso genera un alivio por partida doble”, destacó.