El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede estar a punto de intensificar sus amenazas contra China en materia de comercio. Si sus declaraciones se convierten en medidas reales, podría haber consecuencias preocupantes para la economía global.
El gobierno esta considerando abrir una investigación a través de la oficina del representante comercial de Estados Unidos, bajo la sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, según el diario The New York Times. La disposición permite al presidente imponer aranceles para proteger a la industria estadounidense de prácticas comerciales desleales de países extranjeros. Si Washington lanza la investigación, será la más reciente de varias que el gobierno estadounidense está llevando a cabo, las cuales podrían afectar el comercio entre las dos mayores economías del mundo.
Trump parece estar aumentando la presión sobre el gobierno chino para que cambie de curso. Al mismo tiempo, ha sido reacio a imponer onerosos aranceles o cuotas a las importaciones, lo que podrían provocar represalias por parte de Beijing. Trump dio recientemente un paso atrás en su amenaza de imponer aranceles sobre el acero extranjero, después de que países del G20 y empresas estadounidenses dijeran que la medida aumentaría los costos. El mandatario ha dicho que la razón por la que no acusó a China de ser un manipulador de divisas fue debido a una promesa de cooperación de funcionarios chinos en el tema de Corea del Norte.
Por su parte, China podría cuestionar cualquier acción ante la OMC y probablemente ganaría, pero puede que no se moleste con las sutilezas legales y en su lugar encuentre una manera de tomar represalias comerciales. Y el Fondo Monetario Internacional advirtió, el mes pasado, que las políticas proteccionistas podrían descarrilar la recuperación global que hasta ahora ha podido resistir las tensiones comerciales.