Es tan grande el daño que la administración de Gustavo Petro ha infligido a la explotación de minas y canteras que se nota hasta en las cuentas nacionales. Esta actividad económica registró, de acuerdo al informe oficial del Dane, una contracción del 10,2% en el segundo trimestre de este año en comparación con el mismo período de 2024. Lo anterior mientras la economía, como un todo, creció un 2,1%.
El declive ha sido continuado y se ha sincronizado con un discurso estigmatizante por parte de la Casa de Nariño tanto al sector minero, en especial el carbonífero, como a la industria del petróleo y el gas natural. En simultánea al desprecio del Gobierno a las actividades extractivas, viene la intención permanente de sobrecargarlas de impuestos y contribuciones. Cada vez que la administración Petro busca recursos para seguir con su gasto desbordado, mira las exportaciones de carbón y de crudo.
Estos tres años de gobierno han deteriorado la seguridad energética del país y debilitado el camino hacia la transición estratégica, en la cual la minería, el petróleo y el gas natural juegan un papel crucial. Para no ir más lejos, uno de esos roles estratégicos está en la financiación de ese paso a una economía baja en emisiones y más ‘descarbonizada’. El pésimo manejo gubernamental no solo ha espantado la inversión extranjera directa -en minería ha caído 56%- sino que ha desembocado en la pérdida de la autosuficiencia en gas.
Esta rama económica no soporta un impuesto más. Mucho menos ahora que la Casa de Nariño aspira a la más onerosa reforma tributaria de $26,3 billones y que probablemente buscará, otra vez, meter su mano en los bolsillos de este sector tan rechazado. Por el lado del fracking, paradójicamente los vientos están cambiando de dirección hacia una tímida apertura a retomar la discusión sobre la implementación de estos proyectos de yacimientos no convencionales.
La crisis deficitaria en materia de gas natural, así como la compleja situación de Ecopetrol -cuyo sindicato se ha manifestado a favor de un abordaje pragmático- están abriendo un resquicio que se debe aprovechar para reanudar el camino, así sea lento y lleno de requisitos y estudios, para avanzar en esa dirección.